La IDENTIDAD DIGITAL es un concepto que ocupa un lugar
destacado en el perfil de un docente. Considero que si como docentes, nuestra
imagen, rol y función en la sociedad actual, física, es hoy en día muy
importante, no lo es menos nuestra imagen digital, nuestra identidad digital,
es decir, qué es lo que los demás ven de nosotros mismos y en qué grado de
congruencia. Según la Guía para usuarios del INTECO, la vivencia online, esto es, la suma de las diferentes identidades
parciales, permite construir una identidad digital: una imagen de la persona en
Internet. A un click de distancia se encuentra información personal que dibuja
las vivencias de cada uno de nosotros. Así, no es difícil averiguar, por
ejemplo, que en nuestra adolescencia hemos resultado ganador/a de una olimpiada
matemática, o que entre nuestros hobbies se encuentra el ajedrez y las carreras
populares, o la empresa en la que prestamos nuestros servicios. Pero también
están fácilmente localizables en la Red informaciones sobre impagos o multas,
que quizás no sean de nuestro agrado.
Nuestra identidad
digital es una suma o compendio de todo lo que hacemos en Internet, compuesto por
nuestro blog, nuestra actividad en redes sociales (Twitter, Tuenti o Facebook),
nuestros perfiles públicos (Linkedin, Xing), debemos ser cuidadosos en mostrar
una imagen personal acorde a nuestra verdadera personalidad, puesto que como
docentes estamos expuestos a una revisión por parte de muchos agentes que
participan en la educación (padres, alumnos, equipo directivo, etc..), los
cuales pueden acceder a nuestros perfiles y conocer aspectos que en algunos
casos pueden afectar negativamente a nuestra imagen como docentes. Por ello,
tal y como se afirma en una guía de Infojobs sobre identidad digital y orientación laboral es conveniente cuidar esta identidad digital,
ya que podemos ver expuestas facetas íntimas y personales de nuestras vidas en un
contexto profesional. La realización de una entrevista de trabajo puede
conllevar previamente un escrutinio en las redes de nuestra identidad digital y
podemos vernos perjudicados si la imagen que transmitimos es contraria a la
responsabilidad que se nos atribuye.
Para la correcta construcción de nuestra identidad
digital coincido en que es importante, tal y como se recomienda en el artículo:
“Identidad
digital: ¿quién quieres ser en internet?” la adecuada elección de:
-
Un nick o apodo, con el cual se nos va a identificar en
las redes. El nombre o una combinación de palabras referidas a nuestro nombre y
apellidos muestran la importancia de nuestra identidad física en el mundo
digital. Por el contrario, nombres o apodos que no tienen relación alguna con
nuestra identidad física real transmiten la idea de falta de transparencia y
honestidad
-
Un avatar o foto, con el que queremos que se nos
reconozca. Lo ideal sería una foto personal que refleje nuestro estado de ánimo
y personalidad de forma más fidedigna. Para el uso de otro tipo de imágenes debemos
preguntarnos qué expresan de nuestra personalidad y ser cuidadosos con ellas.
-
Nuestros comentarios, puesto que una vez hechos quedan
expuestos a todo tipo de lectores y pueden ser sacados de contexto. Es por
ello, que debemos exponer nuestros
comentarios con honestidad y enmarcados en el tema a debatir, tratando de no
generalizar y atacar a personas o grupos, ya que las consecuencias de lo
escrito pueden ser impredecibles.
Es conveniente organizar nuestros
perfiles en las redes sociales según ciertas variables: perfil profesional o
personal, frecuencia de uso de cada perfil abierto y qué perfil/es tengo más
cercanos en mi vida diaria, pues de una correcta organización podremos separar
aquellos perfiles que verdaderamente exigen una actualización y compromiso
constante de los que no. Preguntas del tipo: ¿qué red debería usar más y cuál
podría/debería dejar de usar? ¿cuánto dedicamos a cada una? ¿estoy presente en
demasiadas? ¿cuáles son mis objetivos personales/profesionales con el uso de
las redes sociales? ¿estoy consiguiendo estos objetivos?, nos ayudan a
delimitar el extenso abanico de redes y perfiles que tenemos que
administrar. En este sentido es
interesante leer el artículo “Cómo
ordenar mi identidad digital” de Tristán Elosegui.
Finalmente, un primer
conocimiento de las personas en el mundo físico y posteriormente un seguimiento
a través de las redes es un modo seguro y apropiado de controlar con quienes
hablamos, quienes nos siguen y qué identidad mostramos a los demás. Concluyo con
la siguiente reflexión acerca de la Identidad digital y
la reputación online: Dedicar esfuerzo a construir nuestra propia identidad
online ya no es opcional. Es un acto de pura responsabilidad. Si no lo hacemos,
nuestra reputación online vendrá determinada exclusivamente sobre lo que opinen
otros sobre nosotros.
Excelente post¡
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